¿Qué es este extraño misterio
que me hace sonreír sin parar?
¿Por qué siento el corazón ligero
y me llena la felicidad?
¿Quién provoca este sentimiento
de calma, de amor, de paz?
¿Dónde está la causa de todo esto
y hasta cuándo durará?
Me aturde, me noto inquieto
pero lleno de generosidad
y aunque no sé el secreto
de este enigma singular,
veo en tus ojos el reflejo
de la misma alegría y bondad.
En tu sonrisa he descubierto
la causa de mi bienestar:
No existe ningún misterio...
No hay ningún enigma singular.
Es tan solo que de nuevo
sentimos juntos la Navidad.