Cuando en breve tiempo
ya no estés a mi lado
quiero que sepas bien cierto
que te sigo acompañando;
que la lluvia que insistente
repiquetea en tu tejado
son las lágrimas del que ausente
aún añora tu contacto;
que el sol brillante y reluciente
que calienta tu morada
es el cariño que por ti siente
una entristecida alma;
que ese viento que acaricia
tus mejillas arreboladas
son las manos, hoy perdidas,
del que suplica tu mirada;
que la nube que distraida
oculta la faz del sol
es el suspiro, la tristeza, la ira
de un vacío en el corazón.
Y si en el sol o en la nube
o en la lluvia o en el viento
te parece escuchar un susurro
o quizás un suave lamento,
tranquila, no te asustes...
es solo que te echo de menos.
Monday, May 07, 2007
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